Una anciana belga de 90 años murió por culpa del COVID-19 tras decidir renunciar a seguir usando su respirador para poder cedérselo a personas más jóvenes. El bonito gesto, que le costó la vida, ha dado la vuelta al mundo después que su hija explicara la historia.
Esto sucedió en Bélgica, por cuestiones de falta de equipos para tratar a las personas infectadas por el COVID-19.
“No quiero respiración artificial, guárdenla para pacientes más jóvenes. Yo ya he tenido una buena vida”, mencionó la mujer a sus médicos.
La anciana cedió su oportunidad de seguir viviendo para que jóvenes que también sufren del COVID-19 pudieran seguir con vida. ”No llores, hiciste todo lo que pudiste, tuve una buena vida”, cuenta su hija de la señora, que dijo antes de fallecer.
Pero a pesar de este gran gesto, lamentablemente la señora no pudo despedirse de sus familiares debido a las medidas de seguridad que se tienen para evitar los contagios. “No pude decirle adiós, y tampoco pudimos ir a su funeral”, comentó la hija.