El presidente ruso, Vladimir Zhirinovsky, dijo que a los reclusos que hayan cometido delitos graves se les reducirían a la mitad la condena a cambio de recibir inyecciones de vacunas experimentales.
“Los prisioneros deberían ser utilizados como conejillos de indias para las vacunas Covid-19, para acelerar la carrera por una cura”, planteó un político ruso de primer nivel.
Un miembro del consejo de derechos humanos del presidente ruso, Alexander Brod, instó al presidente Vladimir Putin a no aceptar el plan de experimentar con los presos.
El ultranacionalista pro Vladimir Putin dijo: “Necesitamos probar más rápido en personas: voluntarios. Les aseguro que los encarcelados en la actualidad aceptarán con gusto que se les hagan nuevos medicamentos, drogas y vacunas si se les reduce a la mitad su condena en la cárcel y el campo penal.”
“Digamos que un preso está cumpliendo una condena de diez años. Le diremos: ‘Aquí hay un nuevo medicamento. Será probado en usted en un laboratorio dos o tres meses y su condena se reducirá a la mitad'”
La fundación de derechos de los prisioneros Rossiya Sidyashchaya advirtió: ‘La propuesta de utilizar a los convictos como ganado es una práctica absolutamente normal para Rusia. ‘
El abogado de la fundación Alexei Fedyarov lo comparó con la forma en que la Unión Soviética expuso a su propia gente a pruebas nucleares en la Guerra Fría. Pero admitió que algunos convictos pueden estar de acuerdo “solo para reducir el tiempo en la cárcel y tratar de sobrevivir en condiciones insoportables”.
Un miembro del consejo de derechos humanos del presidente ruso, Alexander Brod, insistó a Vladimir Putin a no aceptar el plan. “Nuestros convictos no son conejillos de indias, en los que se pueden realizar experimentos.”