Foto: Gettyimages |
Los perros callejeros en Turquía traen una especie de identificación plástica en la oreja (la que pueden ver en la fotografía) y se pueden pasear en la calle como si estuvieran en su casa.
En este país al momento que detectan a un perro callejero, el gobierno se encarga de recogerlos, pero no para encerrarlos en una perrera y sacrificarlos; sino para sanarlos en caso de que estén enfermos y para vacunarlos.
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Además castran a los perros para evitar que se reproduzcan sin ton ni son. Una vez terminadas estas tareas, los caninos son regresados al lugar en donde fueron encontrados, no sin antes colocarles esta identificación para darle seguimiento a su salud.
Los perritos son alimentados por los vecinos, que se encariñan con ellos y les permiten vivir en los alrededores de sus casas, incluso los puedes ver afuera de un restaurante, un negocio cualquiera y hasta un hotel. Se ven sanos y fuertes, y se dejan acariciar por todo el que pasa cerca de ellos.
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Los pines que colocan en sus orejas para identificarlos y hacerles seguimiento son de colores que indican el sitio, plaza o lugar que habitan. Así si se pierden los mismos ciudadanos los regresan al sitio al que pertenecen. Se dejan acariciar de todo mundo y cuando sales a caminar te acompañan hasta tu hospedaje, como cualquier buena mascota.
Pero está práctica no siempre ha sido así, anteriormente levantaban a los perros para sacrificarlos, pero la ciudadanía se unió y protestó por el trato que se les daba y el resultado fue este acuerdo en el que los perritos callejeros viven libres y sanos, cuidados por el gobierno y alimentados y amados por la población.
¿No es esto una maravilla? ¿No sería bueno que esto sucediera en todos los países? Queremos leer sus comentarios al respecto.